Dispuesto a cambiar de opinión

Hay que tener esa disposición, algo que no se tiene durante la adolescencia, que el más obcecado en sus ideas y pensamientos, así como opiniones, puede llevar a problemas (normalmente se solventa pasado el tiempo y madurando).

Podría acabar aquí la entrada, recordando siempre que quiero mostrar la vida trascribirla tras entenderla para mostrarsela a otro. Y realmente, tu, que me lees, a no ser que hayas experimentado algo que tenga referencia de lo que comento, no podrás entender ni ver y mucho menos cambiar de opinión.

Ejemplo:

• Niño: "no voy a llegar tarde a casa, porque es impensable, quieren que llegue pronto... no sé muy bien porqué, pero ¡que tarde es!"
• Adolescente: "voy a llegar tarde a casa, qué más da, me lo paso bien, porqué tengo que llegar pronto, ¡la vida hay que aprovecharla!"
• Adulto: "voy a llegar pronto a casa, que tengo que despertarme mañana y luego, me conozco, no podré hacer nada si no duermo"

La rebeldía del adolescente se acaba cuando atañe sus propias consecuencias de una noche de juerga, que no discuto que se puedan hacer las dos ni entraré en temas similares, simplemente que nosotros cambiamos de opinión sobre muchas cosas, y es algo que se tiene que ver.

Puede que no sea el mejor ejemplo, pero cuando experimentas algo por ti mismo, es mucho más fácil de ver que si te lo dice alguien como el "no llegues tarde a casa", no tienes la experiencia de que al día siguiente estarás cansado hasta que no llegue la mañana del siguiente día.

Principalmente por eso, mi objetivo nunca será cambiar a nadie ni pretender hacerlo, puede que sea más bien que al recordar esto, tengan algo que les habría advertido, como una madre más. No lo sé, y pienso seguir viviendo la vida lo mejor que pueda, escribiendo mis vivencias y tratando de comprenderlas, ya que es lo único que se me da bien y dudo que alguien comparta absolutamente todo lo que relato o trato de explicar, pero así como respeto todas las opiniones, espero que me respeten a mi de la misma manera.