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viernes, 20 de diciembre de 2013

¿Dormimos demasiado?

Quizás, de entrada ya esté mal la pregunta. ¿Cuánto es dormir demasiado? Sí, bueno, doce horas... once, diez. Aunque dependerá del tiempo que lleves trabajando o sin dormir de antemano, de la profundidad del sueño, etc. [Cosas que veremos más adelante... ¡tenía un gráfico y todo!] Creo que la pregunta adecuada sería ¿aprovechamos de veras los sueños? El inconsciente, toda la información que dejábamos por atender o de la que no sabemos que estamos preocupados. ¿Aprovechamos el inconsciente revelador? Yo creo que no.
La sociedad no sabe qué sueña, no sabe con qué duerme. La mayoría tienen otras preocupaciones más importantes como levantarse temprano en su rutina en la que incluye un desayuno de media poco equilibrado y sino están más preocupados por la resaca que por lo que han soñado.
Yo, si bien es cierto que no recuerdo todo lo que sueño, sí que hago ejercicios de memoria para recordarlo. O, no sé cómo, se me salta el chip de levantarme si lo veo premonitorio o -símplemente- suficiente interesante como para escribirlo posponiendo mi sueño. No es algo que pueda hacer mucha gente, el dedicarle tiempo real a dormir, a soñar... juraría que nadie podría afirmar que trabaja en sueños salvo un escritor o un director, e incluso, más increíble, un músico. Al fin y al cabo cogemos todas las ideas, imágenes o melodías que hay en nuestra cabeza, se mezclan en un batiburrillo no tan aleatorio pero en cualquier caso desconocido o que ignorábamos y nos lo trae el subsconsciente a la memoria. Si bien la mayoría de la gente disfrutaría de esos momentos de forma tan automática como salen de fiesta... sin pensar o sin plantearse mucho las cosas, quien tiene práctica en este campo, es capaz de soñar cosas que creería inimaginables. Entrenar los sueños lúcidos es todo un reto, y para conseguirlo solo haría falta dormir más... pero, entonces, ¿estaremos durmiendo demasiado?
No. La respuesta es clara: deberíamos soñar más.

martes, 3 de diciembre de 2013

Compartir la manzana de Adán

Objetos, de pequeños somos enseñados a valorar lo que tenemos, lo cual hace que los cuidemos y lo que nos prive de compartirlos. Porque "es tuyo". Y porque es tuyo no se lo puedes dejar a los demás. Ni mucho menos dar.
Desde pequeños que hemos aprendiendo el valor de lo que es nuestro y no de nadie más, convenientemente eso sí, espero que también nos enseñaran a compartir.

 Puede que queramos ver sufrir al otro sin ese "algo" o porque nos hace verdaderamente felices, aunque no sea así. Tampoco se comparte todo de la misma manera, si ese "algo" fuese amor, si fuese una mujer, seguro que tendríamos ante nosotros el primer pecado de la historia: La manzana de Adán... aunque creo que la mordió Eva primero.

La cuestión que nos concierne es puramente moral, el límite de la ética, la frontera que nos delimita entre animales y seres humanos (aunque hay algunos animales más civilizados que personas). En lo que al sexo respecta, los animales, por muchos instintos que tengan, ceden a unas temporadas de celo en las que procrean para continuar con su especie que es para lo que realmente nacemos lo cual tampoco me extraña que al cumplir esto podamos morir en paz. Pero tenemos aún así mucha vida por delante y en nuestro propio día a día antes de llegar a la primavera del amor. Las necesidades básicas y los instintos no son satisfechos ni a la vez, ni en un orden fijo o particular, aunque viéndolo así creo que -contrariamente a lo que se dice- el ser humano sí tiene esas épocas que puedan coincidir o no con la fase lunar y demás. Relacionarse en concreto es una necesidad, que a la vez puede llevar a satisfacer un instinto de reproducción, pero no depende únicamente de uno mismo. Tienen que haber dos personas de acuerdo para que esto sea así... o más.

Pero, ¿qué tan tabú o mal visto es reconocer intereses relacionados con el placer, no solo con el propio? ¿Que acaso no satisfacemos a nuestros superiores realizando lo que se nos pide? ¿No somos capaces de vivir dominados como mejor forma de dominación? ¿No nos educaron para satisfacernos con el otro, solo con el egoísmo de uno mismo? Parece que el individuo corriente hoy en día no está preparado para compartir su cuerpo para placer porque consideramos que el placer es algo más importante de lo que pueda ser en realidad. Nos une, esa sensación nos marca y crea límites y confianzas que nunca pueden volver a atrás, pero ¿no es acaso tan humano el deseo por el placer propio como el común? Y con esto me refiero a ¿no necesita uno sentirse vivo, sentirte bien a diario, y compartir esa felicidad?

La sociedad evolucionará con estos cambios en el aire y con la ayuda de una comunicación masiva es muy probable que encuentros nocturnos se den más corrientemente a la luz del día en lugar de como se ha ido estando haciendo hace poco... a escondidas. Puede que el mundo se convierta un día en toda una orgía global, y será solo entonces cuando sepamos compartir ese pecado y librarnos de ese basto nombre que le damos como llevamos tiempo arrastrando con lo que pasó con La manzana de Adán.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Selección humana

El siguiente paso que va a dar la humanidad es, con certeza, la empatización mundial. Un mundo donde el egoísta pasará a ser el eslabón débil y será pisoteado por el resurgimiento de una nueva sociedad unida que quiere el cambio frente a los pocos que se aferrarán al sistema antiguo.
Habrá una lucha entre el pueblo por el poder, por recuperar lo que es del pueblo. Y varias mentes surgirán para cambiar las cosas a bien, con toda la buena voluntad que motivará al futuro de la humanidad. Hoy por hoy, seguimos con un sistema de "selección humana" en todos los ámbitos, cuando cada uno tiene su lugar en el mundo preparado desde que nace. Habría que dar las facilidades a aquello que se quiere tener, y la educación, la investigación y el desarrollo de la ciencia tendría que ser lo primordial. Todos deberían pagar impuestos dependiendo de sus rentas, o tener la disposición para todos de una dieta vegana, una vivienda digna y derecho a la sanidad y a la tecnología punta. y la educación es algo que aún tiene que cambiar y urgentemente, a cada año que pasa una generación más se pierde.

jueves, 21 de noviembre de 2013

La opinión de todo

Hay que procurar tener una opinión, una convicción propia de algo, no muy fuerte. Hay que tener creencias sólidas, firmes, pero saber que pueden ser cambiantes, que nada permanece igual.
Todo y nada transmuta y trasciende, pero solo el hábito permanece, la rutina de cada uno, el qué quiere llegar a ser y su sentido de la vida.
Pero, no en forma de opinión, existe una creencia sobre todos. Un sentido de la vida común, que se basa en la mejora continua de algo. La vida es un continuo de triunfos y desaciertos, la historia la escriben los vencedores, pero ¿qué hay de aquellos logros por conseguir? Es esa búsqueda y satisfacción por las metas cumplidas las que llenan el interior del hombre y marcan su continuo progreso en el día a día. Y solo hay una forma de tener, ya no certeza sobre algo, sino conocer el camino para llegar a una verdad absoluta como pueda ser la creatividad, y es que la creatividad es el proceso de no obstaculizar el paso de ideas buenas o malas, grandes o pequeñas, las del día a día o las del más allá que en cierto sentido ridiculiza el concepto de opinión ya que -aún teniendo una posición sobre diversos temas- subyace siempre una imperiosa necesidad sobre considerar todo como un lugar del que partir para transmitir una idea. Y, por lo menos, si esa idea no aparece, hay que buscarla en todo y por todos los medios hasta que te das cuenta una vez has dudado de tus propias primeras creencias que suelen ser ajenas que la opinión que más se acerca a tu realidad era cuando no tenías una idea asentada en la cabeza.
Y, válgame la redundancia, tener la opinión de todo es como no tener la razón de nada.

lunes, 8 de julio de 2013

Las dimensiones del enamorado.

Todo empieza con un ¿Sí? ¿No? Y sino que se lo pregunten a las pobres margaritas.

En el mundo cuántico parece que las dimensiones más altas están a la orden del día, pero ¿porqué no nos encajan en el mundo "real"?

¿Cómo es posible? Puede que este tipo de pensamientos extrapolados a nuestras mentes parecen propias de un loco, pero si profundizamos vemos que tienen cierta lógica. Un ejemplo perfecto es el de alguien que de un día para otro se enamora a "primera vista" y empieza a ver todo de color rosa, un universo bonito y maravilloso donde todo está lleno de amor, las entradas del facebook solo hablan de amor, las canciones, y todo en lo que no se había fijado antes. ¿Acaso nadie más había hablado de amor antes? Seguro que sí, pero no era en ese momento de su interés, y por eso lo había pasado por alto, y ahora, como está predispuesto a ver eso parece que solo vea eso. Puede que haya también otros factores ambientales, sociales, pero todo se reduce a eso, al pensamiento humano más puro.

Cuando el sujeto quiere ver más allá de lo que su amada amiga le dice, a cada gesto, a cada palabra, a cada beso verá mucho más de lo que pueda ser realmente, pero no por eso quita que pueda ser real, el amor es algo tan abierto... puedes amar a cientos de personas y amar solo a una a la vez, siempre, y que simplemente aún no seas ese uno para esa persona, pero de un número reducido de candidatos, ¿porqué no podría estar el enamoradizo sujeto entre esas?

La única disparatada conclusión va dedicada a todos aquellos enamoradizos que viven más felices sabiendo que les quieren de una u otra forma que comprobando la triste realidad de quién no quiere nada más allá lejos de la realidad, y por eso prefieren seguir viviendo en el mundo de "posibilidades".

jueves, 9 de mayo de 2013

Autoengaño

El ser humano está condenado a engañarse a sí mismo, a cada frase sacar del contexto su significado sin que tenga porque ser menos cierto que lo que pueda ser en realidad.
Cuando hablas con una chica y te responde cosas como si te correspondiera es porque necesitamos creer eso, y cuando el tiempo decide el camino, todo lo que creías se convierte en un autoengaño optimista que cuando te das cuentas puede llegar a doler. Por estas cosas el optimismo nunca ha sido el mejor aliado del hombre, porque llegando a un punto extremo se puede caer si vive además en la ignorancia. Pero para quienes vivimos en la frontera con la posible realidad, y no nos limitamos a verla si no a crearla, estos quiebros ya son normales. Y el autoengaño se convierte en una forma de escritura, la misma forma que hay entre las actrices y las actrices porno, un engaño que al fin y al cabo se tiene que sentir para interpretar mejor.


viernes, 3 de mayo de 2013

Filosofía clásica

Las siguientes cuestiones están para plantearse personalmente, pero si prefieres intentar entenderlo con unos breves enunciados explicativos allá tú.

"Esta sentencia es falsa.
Yo soy un mentiroso.
Este enunciado no puede demostrarse."


<<Bien, si la sentencia es falsa puede ser verdadera si es mentira. Igual que si es verdadera la primera sentencia significa que es falsa, pero entonces no sería mentiroso a menos que el enunciado sí se pudiese demostrarse. Pero si es verdadera la segunda, no puede demostrarse. Si estás diciendo la verdad, entonces eres un mentiroso y por lo tanto sería una mentira (aunque no tiene porqué), la sentencia podría ser falsa y que estés diciendo la verdad (lo mas lógico) ya que no podría demostrarse, pero si tienes en cuenta la forma contraria donde estaría mintiendo, la sentencia falsa sería verdadera y podría demostrarse el enunciado.>>

Planteada de la forma opuesta sería:

"Esta sentencia es verdadera.
Yo siempre digo la verdad.
Y este enunciado puede demostrarse"

<<En este caso demostrar algo así sería incluso más complicado, que siempre sea verdadera la sentencia es poco probable, pero no imposible. En el fondo, hasta las mentiras tienen parte de verdad, en tanto y en cuanto que tienen de forma implícita la verdad, pero o al revés o tergiversada.>>

Pero si tenemos en cuenta la siguiente frase de un gran genio la cosa cambia "Solo hay una manera de saber si un hombre es honesto, preguntándole, si responde SÍ ya sabremos que es totalmente un corrupto".

lunes, 25 de marzo de 2013

Si no hubieran problemas la vida sería muy aburrida

Hace un tiempo, (aunque tal y como lo estoy escribiendo ha sido ahora mismo), una chica escribía en su estado del tuenti "Si no hubieran problemas la vida seria muy aburrida", claro que sin acento en sería y con "hubieran" en lugar de "hubiera". Pero claro, ante esto no pude más que indignarme, y no por el típico fallo gramatical que confío en que la gente deje pasar más [aunque siempre son útiles las correcciones]. No. Aquí va la conversación real:

"No estoy de acuerdo, seríamos todos más felices y podríamos entretenernos con lo que quisiéramos sin ningún tipo de problemas."

-para naada, si todo fuese facil te aburririas enseguida y no te haria ilusion nada. Pero estaria genial tener mas tiempo para hacer lo q queramos ;)

-¿Quién dice que sería todo fácil? La constancia no es un problema, es una cuestión de superación, igual que tampoco desaparecería la sana competencia. Confundes "problemas" con "dificultades".

Hay que aprovechar el tiempo, yo decido "malgastarlo" haciendo las cosas que se me dan bien como tocar,
escribir y como cualquier arte, todo tiene sus dificultades. Doy gracias a esas dificultades que me entretienen
y me alejan de los problemas de la vida. Preferiría gastar las cosas en esas dificultades mil veces antes que 
en cualquier otro "problema". 


Creo que la frasecorregida sería "Si todo fuese fácil, no tendríamos pasión por la vida".



Al final se cambió el estado. Y le cobré la frase corregida.


¿Y a qué viene todo esto? Bueno, viene por lo de las típicas frases de "superación" que todo coach sabe:

Que se puede vivir una vida sin problemas para dedicarse a lo que uno quiere. Para tener todo el tiempo del podrías tener miles de ilusiones para hacer todo y mejorarlo. Hay que perseguir lo que uno quiere hacer y dedicar el tiempo libre para las cosas que a uno le ilusionan.

jueves, 7 de febrero de 2013

El respeto

Tenerse respeto, por uno mismo, no es sinónimo de ser cabezón. Mantener sus principios e ideas sobre cualquier tema no es tener respeto sobre alguien sino sobre uno. Para tener respeto hacia alguien primero hay que entender qué quiere decir y luego tomarlo o no. Al final siempre dependerá de si se comparten o no las ideas, pero la madurez intelectual del respeto se demuestra más cuando aceptas y desistes de tratar de convencer a alguien cuando se llega al punto en el que se ve que ambos entienden el punto de vista del otro, pero no lo comparten.
De hecho, y por desgracia, poca gente está dispuesta a aceptar tanto su error como a cambiar de mentalidad o pensamiento. A veces es imposible, inviable, o simplemente que no es lo que han elegido. Claro que el problema de elección también debería ir dado por uno mismo, cuando a veces viene dado por otros o, peor aún, por la sociedad. No quiere decir que la sociedad tenga malas ideas, sino que por lo general no solemos estar dispuestos a cambiar de opinión y eso siempre genera una creencia irracional y fiel que es difícil de cambiar. Pero todo se resume a entender las cosas para poder elegir. Y tampoco es difícil entender esto, es más fácil caer en la hipocresía por no aceptar las opiniones de alguien sobre algún tema, aunque a veces el problema sea la falta de respeto en la comunicación, que aceptar las opiniones de un grupo... o por lo menos debería ser más fácil.
Parafraseando la frase de un sabio "es más fácil engañar a alguien que enseñarle que ha sido engañado".