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martes, 3 de diciembre de 2013

Compartir la manzana de Adán

Objetos, de pequeños somos enseñados a valorar lo que tenemos, lo cual hace que los cuidemos y lo que nos prive de compartirlos. Porque "es tuyo". Y porque es tuyo no se lo puedes dejar a los demás. Ni mucho menos dar.
Desde pequeños que hemos aprendiendo el valor de lo que es nuestro y no de nadie más, convenientemente eso sí, espero que también nos enseñaran a compartir.

 Puede que queramos ver sufrir al otro sin ese "algo" o porque nos hace verdaderamente felices, aunque no sea así. Tampoco se comparte todo de la misma manera, si ese "algo" fuese amor, si fuese una mujer, seguro que tendríamos ante nosotros el primer pecado de la historia: La manzana de Adán... aunque creo que la mordió Eva primero.

La cuestión que nos concierne es puramente moral, el límite de la ética, la frontera que nos delimita entre animales y seres humanos (aunque hay algunos animales más civilizados que personas). En lo que al sexo respecta, los animales, por muchos instintos que tengan, ceden a unas temporadas de celo en las que procrean para continuar con su especie que es para lo que realmente nacemos lo cual tampoco me extraña que al cumplir esto podamos morir en paz. Pero tenemos aún así mucha vida por delante y en nuestro propio día a día antes de llegar a la primavera del amor. Las necesidades básicas y los instintos no son satisfechos ni a la vez, ni en un orden fijo o particular, aunque viéndolo así creo que -contrariamente a lo que se dice- el ser humano sí tiene esas épocas que puedan coincidir o no con la fase lunar y demás. Relacionarse en concreto es una necesidad, que a la vez puede llevar a satisfacer un instinto de reproducción, pero no depende únicamente de uno mismo. Tienen que haber dos personas de acuerdo para que esto sea así... o más.

Pero, ¿qué tan tabú o mal visto es reconocer intereses relacionados con el placer, no solo con el propio? ¿Que acaso no satisfacemos a nuestros superiores realizando lo que se nos pide? ¿No somos capaces de vivir dominados como mejor forma de dominación? ¿No nos educaron para satisfacernos con el otro, solo con el egoísmo de uno mismo? Parece que el individuo corriente hoy en día no está preparado para compartir su cuerpo para placer porque consideramos que el placer es algo más importante de lo que pueda ser en realidad. Nos une, esa sensación nos marca y crea límites y confianzas que nunca pueden volver a atrás, pero ¿no es acaso tan humano el deseo por el placer propio como el común? Y con esto me refiero a ¿no necesita uno sentirse vivo, sentirte bien a diario, y compartir esa felicidad?

La sociedad evolucionará con estos cambios en el aire y con la ayuda de una comunicación masiva es muy probable que encuentros nocturnos se den más corrientemente a la luz del día en lugar de como se ha ido estando haciendo hace poco... a escondidas. Puede que el mundo se convierta un día en toda una orgía global, y será solo entonces cuando sepamos compartir ese pecado y librarnos de ese basto nombre que le damos como llevamos tiempo arrastrando con lo que pasó con La manzana de Adán.

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